diciembre 13, 2011

182. El Muro


Mario Valverde M.

PENDIENTES

El día a morir regresa por el camino de la tarde
Isaac Felipe Azofeifa

Como todo, la vida es un extraño pendiente. O dicho de otra forma, toda vida es un plan inconcluso. O tercero, todo concluye en un nuevo pendiente.

La infancia no se cierra, ningún juego termina, todo es un empezar. El tiempo en la mente es otra cosa. Son espacios en la memoria que van  vienen como las olas sin poder llegar nunca a ninguna playa. Todo lo vamos dejando para un después, regresamos al cìrculo infinito del jamás. Regreso a mi amada, al amigo, al compañero de trabajo, al enemigo, al poema inconcluso, a la calle de todos los días, a la casa con sus aposentos, a la cama del placer o dolor de los sueños (qué más pendientes que los sueños), a las noticias, al inodoro  (siempre me recordará el eterno retorno), a los libros de literatura llenos de mentiras que nos sacan de la realidad, al Sol que se va y viene y nosotros viajando a su ritmo, al espejo y su reflejo que no siempre nos mira igual, a la Patria , ¿habrá un ser más lleno de pendientes? Y por último, a la Muerte que no respeta los pendientes, cierre final de todo juego, único momento serio, todo lo demás es humor, diría Bernard Shaw.
Mientras llega la parca, el juego consiste en unir por pedazos los pendientes, no importa si los unes por la poesía, en el bar, con los amigos, con la guitarra, en el amor, la ciencia, la pintura, tus hijas, tus sueños…no importa el camino. Como dice el escritor Sergio Ramírez “todo es materia del olvido”…hasta usted, estimado lector.

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