Mario
Valverde M.
PENDIENTES
El día a
morir regresa por el camino de la tarde
Isaac Felipe Azofeifa
Como todo, la vida es
un extraño pendiente. O dicho de otra forma, toda vida es un plan inconcluso. O
tercero, todo concluye en un nuevo pendiente.
La infancia no se
cierra, ningún juego termina, todo es un empezar. El tiempo en la mente es otra
cosa. Son espacios en la memoria que van
vienen como las olas sin poder llegar nunca a ninguna playa. Todo lo
vamos dejando para un después, regresamos al cìrculo infinito del jamás.
Regreso a mi amada, al amigo, al compañero de trabajo, al enemigo, al poema
inconcluso, a la calle de todos los días, a la casa con sus aposentos, a la
cama del placer o dolor de los sueños (qué más pendientes que los sueños), a
las noticias, al inodoro (siempre me recordará
el eterno retorno), a los libros de literatura llenos de mentiras que nos sacan
de la realidad, al Sol que se va y viene y nosotros viajando a su ritmo, al
espejo y su reflejo que no siempre nos mira igual, a la Patria , ¿habrá un ser más
lleno de pendientes? Y por último, a la Muerte que no respeta los pendientes,
cierre final de todo juego, único momento serio, todo lo demás es humor, diría Bernard
Shaw.
Mientras llega la
parca, el juego consiste en unir por pedazos los pendientes, no importa si los
unes por la poesía, en el bar, con los amigos, con la guitarra, en el amor, la
ciencia, la pintura, tus hijas, tus sueños…no importa el camino. Como dice el
escritor Sergio Ramírez “todo es materia del olvido”…hasta usted, estimado
lector.
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