Villancico
pagano
Daniel Garro Sánchez
Hace algunos meses, faltando todavía
rato para la llegada de los aires navideños, había ofrecido este extraño villancico
pagano o villancico no cristiano, con el propósito de meditar con respecto a
que lo que sea que cada quien haga en Navidad —como acordarse de la madre que
lo parió, o de obsequiarle un bonito vestido a la esposa, o donar algo de
dinero para fines benéficos, dejar de fumar, etc.—, no debería esperar a que
sea Navidad para hacerlo, por un lado; y por otro, que los que no celebramos la
Navidad no estamos exentos de dar y recibir las muestras de afecto
características de la época.
Ahora,
más que nunca, ya por fin con la Navidad encima, me interesa retomar el mensaje;
y por eso, aquí está mi raro villancico: No
hará falta Navidad.
Buenas noches, buena gente de por
estos rumbos.
La nieve me atrapó, vengo dando
tumbos,
en los huesos siento el frío de la
Noche Buena;
un poquito de calor, solo eso quiero.
No celebro Navidad, vengo de otros lados;
para mí es un día más, no tengo
adornados;
pero esta noche en que la tormenta
suena,
un poquito de calor, solo eso quiero.
Tengo una casa allí, junto al monolito;
tengo chimenea y té, siempre
calientito;
mi puerta abierta está, siempre para
ustedes;
y no hará falta la nevada, no hará
falta Navidad.
Hombres gentiles de fe, niñas de ojos
claros,
déjenme brindar de pie y estrechar sus
manos.
Hoy yo soy su comensal, mañana
ustedes;
y no hará falta la nevada, no hará
falta Navidad.
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