“Se cantan y danzan los diversos sobornes
de todos aquellos trabajadores (ancestros míticos de los
animales), que engañados por Sibú participaron en las labores
creyendo que la gran casa sería para ellos; que la semilla
del maíz les sería entregada como pago…”
de todos aquellos trabajadores (ancestros míticos de los
animales), que engañados por Sibú participaron en las labores
creyendo que la gran casa sería para ellos; que la semilla
del maíz les sería entregada como pago…”
Alfredo González Chaves y Fernando González Vázquez.
La casa cósmica talamanqueña y sus simbolismos.
La casa cósmica talamanqueña y sus simbolismos.
Los bribris y cabécares conservan el acervo de la identidad de sus antepasados.
Su religión posee la creencia primordial en un dios llamado Sibú (Sibö) -divinidad suprema y protectora, de índole solar-. Sibú fue el creador de todo lo que los rodea.
Una de esas tradiciones culturales ancestrales es el baile ritual el Sorbón. Recordemos que aquellas tupidas y verdosas montañas de la Cordillera de Talamanca (Ará), también llamada “”La Indomable”, fueron desde tiempos arcaicos el retiro y refugio de los nativos de nuestro país, que buscaron zonas de difícil acceso para escapar de los españoles.
El baile tradicional el Sorbón es todo un ritual mítico-religioso de los pueblos autóctonos bribris y cabécares y refleja su cultura, sus creencias.
Con respecto a este tema, los investigadores Alfredo González y Fernando González nos expresan: “Al bailarse el Sorbón, se efectúa en realidad un rito que evoca los orígenes gracias al ritual. El pasado desunido del mito se ‘articula’, por una parte por la periodicidad biológica y de las estaciones, y por otra parte, con el pasado unido que liga a lo largo de las generaciones, a los muertos y a los vivos...los ritos históricos o conmemorativos recrearán la atmósfera sagrada y benéfica de los tiempos míticos que transportan al pasado y al presente”. (Alfredo González Chaves y Fernando González Vázquez. La casa cósmica talamanqueña y sus simbolismos, p. 67).
El baile el Sorbón se efectúa en la inauguración de la casa cónica (U-suré) que es un espejo de la casa cósmica (Surayúm). Se acompaña de la chicha, bebida ceremonial, licor tradicional hecho de maíz fermentado.
En relación con las chichadas, Luis Ferrero nos dice: “Cuando se ejecutan trabajos comunales estos constituyen una especie de fiesta como las chichadas, por las relaciones económicas basadas en el principio de participación recíproca.” (Luis Ferrero. Entre el pasado y el futuro, p.116).
En el Sorbón se utilizan instrumentos musicales como el güiro, el sabaj, el duc caracol, maracas y tambores que dan una melodía fuerte. Todos los hombres participantes bailan tomados de los brazos y luego de dar algunas vueltas en giro
se integran las mujeres, quienes se insertan colocando sobre el hombre los brazos. Lo anterior simboliza la concepción del trabajo comunitario de la comunidad y la dualidad de todo su entorno.
Los bailarines, al son de esa música, majan la tierra con sus pies para luego, en una sinfonía ascendente, colaborar con ese “amasar” de la tierra que va a ser a continuación el piso de la casa.
Alfredo González y Fernando González nos dicen:
”El ritmo de la danza aumenta. Los danzantes excitados cantan y emiten sonidos que responden al cantor principal. Los gemidos y la cadencia aumentan hasta concluir generalizando un grito, el “orgasmo” de la fecundación de la tierra. Finalmente todo el anillo de danzantes se desmiembra y los varones se reúnen en el centro de lo que fuera el círculo para dar por terminado el sorbón”. (Alfredo González Chaves y Fernando González Vázquez, p. 68).
El Sorbón resume y resucita metafóricamente el origen del mundo indígena, asegurándose la fertilidad de la tierra y asimismo la fecundidad humana. Del mismo modo se conmemora el sacrificio de Iriria, la niña Tierra cuya formación mitológica se realiza a partir de que la niña muere bajo los pies de los danzantes del baile el Sorbón. De Iriria, el dios Sibú crea la tierra.
Bibliografía
Ferrero, Luis. Entre el pasado y el futuro. San José, Costa Rica. Editorial Costa Rica. 1988.
González Chaves, Alfredo y González Vázquez, Fernando. La casa cósmica talamanqueña y sus simbolismos. San José, Costa Rica. Editorial EUNED, 1994.
Su religión posee la creencia primordial en un dios llamado Sibú (Sibö) -divinidad suprema y protectora, de índole solar-. Sibú fue el creador de todo lo que los rodea.
Una de esas tradiciones culturales ancestrales es el baile ritual el Sorbón. Recordemos que aquellas tupidas y verdosas montañas de la Cordillera de Talamanca (Ará), también llamada “”La Indomable”, fueron desde tiempos arcaicos el retiro y refugio de los nativos de nuestro país, que buscaron zonas de difícil acceso para escapar de los españoles.
El baile tradicional el Sorbón es todo un ritual mítico-religioso de los pueblos autóctonos bribris y cabécares y refleja su cultura, sus creencias.
Con respecto a este tema, los investigadores Alfredo González y Fernando González nos expresan: “Al bailarse el Sorbón, se efectúa en realidad un rito que evoca los orígenes gracias al ritual. El pasado desunido del mito se ‘articula’, por una parte por la periodicidad biológica y de las estaciones, y por otra parte, con el pasado unido que liga a lo largo de las generaciones, a los muertos y a los vivos...los ritos históricos o conmemorativos recrearán la atmósfera sagrada y benéfica de los tiempos míticos que transportan al pasado y al presente”. (Alfredo González Chaves y Fernando González Vázquez. La casa cósmica talamanqueña y sus simbolismos, p. 67).
El baile el Sorbón se efectúa en la inauguración de la casa cónica (U-suré) que es un espejo de la casa cósmica (Surayúm). Se acompaña de la chicha, bebida ceremonial, licor tradicional hecho de maíz fermentado.
En relación con las chichadas, Luis Ferrero nos dice: “Cuando se ejecutan trabajos comunales estos constituyen una especie de fiesta como las chichadas, por las relaciones económicas basadas en el principio de participación recíproca.” (Luis Ferrero. Entre el pasado y el futuro, p.116).
En el Sorbón se utilizan instrumentos musicales como el güiro, el sabaj, el duc caracol, maracas y tambores que dan una melodía fuerte. Todos los hombres participantes bailan tomados de los brazos y luego de dar algunas vueltas en giro
se integran las mujeres, quienes se insertan colocando sobre el hombre los brazos. Lo anterior simboliza la concepción del trabajo comunitario de la comunidad y la dualidad de todo su entorno.
Los bailarines, al son de esa música, majan la tierra con sus pies para luego, en una sinfonía ascendente, colaborar con ese “amasar” de la tierra que va a ser a continuación el piso de la casa.
Alfredo González y Fernando González nos dicen:
”El ritmo de la danza aumenta. Los danzantes excitados cantan y emiten sonidos que responden al cantor principal. Los gemidos y la cadencia aumentan hasta concluir generalizando un grito, el “orgasmo” de la fecundación de la tierra. Finalmente todo el anillo de danzantes se desmiembra y los varones se reúnen en el centro de lo que fuera el círculo para dar por terminado el sorbón”. (Alfredo González Chaves y Fernando González Vázquez, p. 68).
El Sorbón resume y resucita metafóricamente el origen del mundo indígena, asegurándose la fertilidad de la tierra y asimismo la fecundidad humana. Del mismo modo se conmemora el sacrificio de Iriria, la niña Tierra cuya formación mitológica se realiza a partir de que la niña muere bajo los pies de los danzantes del baile el Sorbón. De Iriria, el dios Sibú crea la tierra.
Bibliografía
Ferrero, Luis. Entre el pasado y el futuro. San José, Costa Rica. Editorial Costa Rica. 1988.
González Chaves, Alfredo y González Vázquez, Fernando. La casa cósmica talamanqueña y sus simbolismos. San José, Costa Rica. Editorial EUNED, 1994.
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