Mario Valverde M.
Para decidir, la mente se lleva su
tiempo. Unos deciden con mucha rapidez, otros a velocidad media y otros se
toman tanto tiempo que terminan por no decidir. Pero, es bueno aclarar, como
decía Descartes en su libro El discurso
del método, que muchos con buena inteligencia, rápida y de buena memoria,
no siempre deciden lo mejor, por precipitarse, llegando a cometer errores
graves. Aquí es donde emerge el método,
que bien puede ser producto de la experiencia; de la construcción de pasos,
caminos (en el caso de Descartes nos propone cuatro, empezando con aquel de
suma importancia para romper dogmas, de no aceptar nada como verdadero), que lo
puedan llevar a verdades claras y distintas y no soluciones como diría D. Hume
en su libro Investigaciones sobre el
conocimiento humano, donde la mente está subyugada por miedos y prejuicios
religiosos.
Pero lo cierto es
que, a diario, debemos tomar decisiones y no vamos a poder dejar de hacerlo
hasta el último minuto de nuestra vida consciente. Otro punto diferente es el cómo
se llegan a tomar las decisiones en la estructura de la galaxia mente. Unas,
notamos, se toman con mucha rapidez: jugadores de futbol, ping-pong, vendedores
de la calle. Otras tomaban más tiempo: decidir la conquista del amor, descubrir
o falsear una ley, dejar de fumar o tomar licor, compra o construcción de una
casa, suicidarse, etc. Pero de nuevo salta la pregunta profunda, ¿cómo se toman
las decisiones? Del proceso de las alianzas neuronales y las redes comunicativas
de las sinopsis poco sabemos. De seguro median lo que es evidente a nuestros
sentidos: la memoria, la imaginación, la intuición y las estructuras cognitivas,
a saber, la inferencia, analogías, relación de causa y efecto, la intuición, y
sobre todo, quien da el banderazo de salida a las decisiones: la Voluntad,
orden última del proceso. Y aquí la diferencia del riesgo o la prudencia y el
equilibrio en el tiempo, tiempo que está más allá de los tiempos del reloj de
la simple convención humana y la acción que se une a cada naturaleza y
experiencia humana. En este tema, la EDUCACIÓN tiene una gran responsabilidad.