Mario Valverde M.
Siempre he creído que el impávido,
pensativo y solitario detective S. Holmes (“Mi vida transcurre en un largo
esfuerzo por huir de los lugares comunes de la existencia”), creado por el
médico y escritor inglés Arthur Conan Doyle (1859-1930), no es un simple
detective que descubre los delitos al azar; y además, sugiero que el doctor
Watson, que tiene una esposa muy complaciente y anónima, es el propio escritor
A. Conan D.
Entre los dos hasta el final de la vida
de S. Holmes (¿por qué lo habrá asesinado?), se encargan de narrar la solución
de los crímenes y delitos más sonados e imaginados del siglo XIX y principios
del XX en la Gran Bretaña.
Su
propuesta metodológica
Algunos especialistas presentan a S.
Holmes como un deslumbrante detective que resuelve sus crímenes con el simple
análisis deductivo. Si así fuera, tendríamos que ubicarlo como un racionalista
cartesiano, que negaba de los sentidos y creyente de las ideas innatas. Pero si
hacemos una lectura entresacando desde su obra la propuesta metodológica, nos
daremos cuenta que el propio A. Conan Doyle se cuidó de dejarnos los caminos de
sus investigaciones para resolver las acciones de las mentes criminales de su
época.
En su cuento “El Valle de Boscombe”,
nos dice: “Del examen que hice del terreno saqué los insignificantes detalles
que le di a Lestrade (inspector oficial a cargo del crimen) en lo que a la
personalidad del asesino se refiere”. “Pero, ¿cómo lo obtuvo? -pregunta
Watson”. “Conoce usted mi método -responde Holmes. Se funda en la observación
de minucias”. Y más adelante dice: “… se basa en la observación y deducción”.
Aquí está claro el paso por el empirismo. Dice B. Russell en su libro La
Sabiduría de Occidente: “La filosofía británica (empirismo) se ocupa de un
cúmulo de cuestiones menudas de manera fragmentaria, y cuando avanza a
principios generales los somete a la prueba de la evidencia directa”. En
oposición a las investigaciones racionalistas representadas por el inspector
Lestrade, el empirismo le va a permitir a S. Holmes resolver los crímenes y
delitos desde la ficción, pero que a su vez, propone y deja nuevos caminos en
el campo de la investigación criminológica.
Mandamientos
para la investigación
1.- Cuanto más extraña es una cosa,
tanto menos misteriosa resulta.
2.- Es un lugar común que los delitos
más desconcertantes son lo que ofrecen menos interés.
3.- Una cara vulgar es la más difícil
de identificar.
4.- Cuanto más insignificante y vulgar
es un delito, tanto más difícil es resolverlo.
5.- Los puntos circunstanciales son muy
engañosos porque pueden apuntar en una u otra dirección.
6.- No hay nada más engañador que un
hecho evidente.
7.- El método que uso es de observación
y deducción.
8.- Mi método consiste en la observación
de minucias.
9.- Las informaciones de las personas
que viven en el lugar de los hechos siempre resultan de escaso valor o están
influidas por consideraciones personales.
Conan Doyle es hijo de la ciencia
moderna. Nos dice: “En los últimos tiempos me he sentido inclinado a bucear en
los problemas originados por la Naturaleza”. Ya no son aquellas soluciones
producto de la fe o la casualidad, sino el esfuerzo por encontrar las leyes de
aquellos fenómenos que la propia naturaleza nos mantiene a distancia, ocultando
sus secretos, como sucederá con las investigaciones del detective S. Holmes y
su amigo el Dr. Watson. Nos encontramos frente a un escritor de ficción, unido
a propuestas epistemológicas, metodológicas y científicas, que considero
precursor de las ciencias policiales
modernas.
muy bueno
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