Licda. Rose Marie Hernández Vargas
Santo Domingo de Heredia es heredera de una tradición colonial que se expresa en sus costumbres y arquitectura.
Iglesia Nuestra Señora del Rosario, Santo Domingo de Heredia. Fotografía de Rose Marie Hernández Vargas.
Las tradiciones religiosas han ocupado un lugar sobresaliente, dado el alto grado de religiosidad de sus habitantes. Por ese motivo, siempre han tenido la mayor suntuosidad y solemnidad.
Las fiestas patronales constituyen una costumbre muy antigua y popular en Costa Rica, asociada a la religiosidad popular, la sociabilidad y la identidad nacional.
Recordemos que españoles emigraron Santo Domingo trayendo consigo sus costumbres y tradiciones, como la construcción de bellas iglesias neogóticas y la celebración de festejos en honor al santo patrón o patrona, cuya advocación cubría a esta población.
En Santo Domingo se conservan tres iglesias coloniales: dos en el centro de la población y una en uno de sus distritos, San Miguel de Santo Domingo.
La Iglesia Nuestra Señora del Rosario, ubicada frente al parque de Santo Domingo, fue edificada entre los años 1838 y 1844. Aún conserva su estructura colonial de gran interés arquitectónico, histórico y cultural, que armoniza con las casas de adobe y vitorianas a su alrededor.
Iglesia de El Carmen, declarada patrimonio nacional, ubicada en San Miguel de Santo Domingo, en la salida a la Autopista Braulio Carrillo. Fotografía de Rose Marie Hernández Vargas
La Basílica de Santo Domingo de Guzmán data de 1829. Para ese entonces contaba con pequeñas poblaciones de los primeros colonizadores cuya distribución espacial se organizó alrededor de la iglesia, la plaza, el cabildo o edificio principal para la ubicación de las autoridades. De este poblado adquirió Santo Domingo una religiosidad que perdura hasta nuestros días.
La Basílica de Santo Domingo de Guzmán fue rediseñada en el año 1879 con un diseño más moderno. Su arquitectura es una reliquia; contrastan las formas de herencia colonial barroca con un estilo sobrio y equilibrado.
La iglesia de El Carmen, situada en San Miguel de Santo Domingo, fue construida hace más de un siglo (entre 1870 y 1875). Considerada un vestigio de la estructura de tipo neocolonial, que nos habla del legado histórico-cultural de los procesos de desarrollo económico, social y religioso de la zona. Fue declarada patrimonio histórico mediante el artículo 3, Ley 5397 del 8 de noviembre de 1973.
Las fiestas patronales
Las fiestas patronales, desde sus comienzos, fueron la primordial diversión popular. Esta tradición religiosa de la comunidad propicia la sociabilidad y la identidad local.
Basílica de Santo Domingo de Heredia. Fotografía de Rose Marie Hernández Vargas.
Las festividades o conmemoraciones a los santos se celebran una vez al año en que la iglesia recuerda el día del santo o santa correspondiente. En el caso de Nuestra Señora del Rosario es el 7 de octubre. El de la Virgen del Carmen, el 16 de julio y el de Santo Domingo de Guzmán, el 6 de agosto.
Junto con las actividades de origen religioso, se realizaba una feria comercial o turno. El turno se constituyó en una actividad festiva común a todas las comunidades del país.
Francisco Enríquez expresa: “El turno es la fiesta popular por excelencia en Costa Rica…el turno, como actividad y recreación, es parte del comportamiento cultural del costarricense, y como tal permanece en la mentalidad colectiva.” (Francisco Enríquez Solano. El turno, un espacio de diversión en Costa Rica, 1890 -1930, p. 2).
Estos turnos se realizan en Santo Domingo desde el periodo colonial.
La actividad festiva al santo patrón era una tradición que caracterizaba la cotidianidad de la vida colonial; en dichas fiestas había comidas, bombetas, juegos de pólvora y tradicionalmente iba acompañada de la cimarrona local y el desfile de payasos.
La Basílica de Santo Domingo de Guzmán fue rediseñada en el año 1879 con un diseño más moderno. Su arquitectura es una reliquia; contrastan las formas de herencia colonial barroca con un estilo sobrio y equilibrado.
La iglesia de El Carmen, situada en San Miguel de Santo Domingo, fue construida hace más de un siglo (entre 1870 y 1875). Considerada un vestigio de la estructura de tipo neocolonial, que nos habla del legado histórico-cultural de los procesos de desarrollo económico, social y religioso de la zona. Fue declarada patrimonio histórico mediante el artículo 3, Ley 5397 del 8 de noviembre de 1973.
Las fiestas patronales
Las fiestas patronales, desde sus comienzos, fueron la primordial diversión popular. Esta tradición religiosa de la comunidad propicia la sociabilidad y la identidad local.
Basílica de Santo Domingo de Heredia. Fotografía de Rose Marie Hernández Vargas.
Las festividades o conmemoraciones a los santos se celebran una vez al año en que la iglesia recuerda el día del santo o santa correspondiente. En el caso de Nuestra Señora del Rosario es el 7 de octubre. El de la Virgen del Carmen, el 16 de julio y el de Santo Domingo de Guzmán, el 6 de agosto.
Junto con las actividades de origen religioso, se realizaba una feria comercial o turno. El turno se constituyó en una actividad festiva común a todas las comunidades del país.
Francisco Enríquez expresa: “El turno es la fiesta popular por excelencia en Costa Rica…el turno, como actividad y recreación, es parte del comportamiento cultural del costarricense, y como tal permanece en la mentalidad colectiva.” (Francisco Enríquez Solano. El turno, un espacio de diversión en Costa Rica, 1890 -1930, p. 2).
Estos turnos se realizan en Santo Domingo desde el periodo colonial.
La actividad festiva al santo patrón era una tradición que caracterizaba la cotidianidad de la vida colonial; en dichas fiestas había comidas, bombetas, juegos de pólvora y tradicionalmente iba acompañada de la cimarrona local y el desfile de payasos.
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