Mario Valverde M.
En primavera, todas las semillas se abren espacio en busca de nutrientes, agua y sol. Por búsqueda de espacio todo lo que brota compite; de nuevo unos se quedarán de camino, serán los más débiles, los que corren menos, los que utilizan estrategias equivocadas. Todo se trata de una investigación sobre la marcha. No hay tiempo para las largas reflexiones, se trata de usted o yo. Luego, si sobrevives, viene el apuramiento, la profunda fuerza de la reproducción, donde riñen unos contra otros (desde el saltarín del barro-alacranes-alces-ballenas jorobadas, tomates y galaxias).
Pero debemos detenernos en lo humano. Si bien es cierto que nacemos como semillas buscando el sol-pezón, lo social nos propone reglas, guías, hábitos y fronteras; pero una vez conocido el juego, de nuevo, nace la competencia, sobrevivirán los más aptos, se abrirán los caminos del bien y del mal. En lo animal, el impulso es ciego y natural, con sus reglas sociales casi incambiables; por lo humano, debe sumársele la construcción axiológica aceptada o impuesta, camino de los ángeles o demonios, águilas o serpientes: la sociedad o usted deciden…no hay otra salida…incluyendo el amor.
Pero debemos detenernos en lo humano. Si bien es cierto que nacemos como semillas buscando el sol-pezón, lo social nos propone reglas, guías, hábitos y fronteras; pero una vez conocido el juego, de nuevo, nace la competencia, sobrevivirán los más aptos, se abrirán los caminos del bien y del mal. En lo animal, el impulso es ciego y natural, con sus reglas sociales casi incambiables; por lo humano, debe sumársele la construcción axiológica aceptada o impuesta, camino de los ángeles o demonios, águilas o serpientes: la sociedad o usted deciden…no hay otra salida…incluyendo el amor.
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