Grethel Rivera
Turcios
Nos dice el Manual de Principios
Éticos de la Universidad Estatal a Distancia: “…la ética como propuesta de vida
buena, orientada por la razón, abarca todas las dimensiones de la vida humana,
incluyendo, lógicamente, nuestra dimensión cívica o ciudadana”. (p.11). Y agrega, además, que a quienes desempeñan el
ejercicio ético de nuestra ciudadanía les llamamos constructores del bien
común.
Por
ello, es necesario relacionar esta declaración del Manual con la labor que
realiza nuestro compañero Adrián López:
silenciosa pero constante, comprometida
y cargada de amor, quien embellece diariamente nuestros jardines. Con su
entusiasmo, disposición y sobre todo creatividad, lleva a cabo
su faena no como una obligación sino como una actitud, no la realiza de
cualquier forma: bien sabe que lo que produce con sus manos es prolongación de
sus capacidades.
En palabras claras, Adrián es un constructor del bien común de
la UNED y de la ciudadanía, pues quien transita día con día por nuestros estacionamientos
y alrededores, se congratula, se alegra, llena de entusiasmo y esperanza su
corazón; en especial al notar a ese hombre que, desde muy temprano en la
mañana, está arreglando las zonas verdes llenas de bellas plantas, girasoles,
platanillos, chinas, etc. que con sus
colores y aromas -a cualquier hora del día- alimentan la mente y el espíritu.
Adrián
es el espejo que debemos mirar cotidianamente, para no olvidarnos de que los
valores fundamentales expuestos por él con su gran trabajo son los que debemos replicar
a diario en nuestro quehacer: esa constancia, compromiso, entusiasmo,
disposición, creatividad y, especialmente, la humildad y el amor por lo que
realiza. De esta manera, como esos jardines que él hace florecer, nosotros al
igual que la compañera que lo apoyó, seamos capaces de contribuir en la construcción
del bien común, del desarrollo de nuestra universidad; pero sobre todo, como
personas trabajadoras, cuyo mayor y mejor logro se plasme en una convivencia que esté
revestida de la honestidad, la humildad, el amor, el respeto, la tolerancia y
especialmente del compañerismo.
¡Gracias,
Adrián, por ser Constructor del Bien Común con el valioso trabajo que lleva a
cabo en la UNED!
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