junio 12, 2012

198. Herencia cultural: Casas de adobe de Santo Domingo de Heredia (I parte)


Licda. Rose Marie Hernández Vargas
Fotografía de Rose Marie Hernández Vargas.
“Yo no vendo esta tierra, porque la
tierra Dios no la hizo para comercio.
Dios hizo la tierra para producir
el sustento, la comida, nada más.
Pero nunca jamás para el comercio.
La tierra queda ahí. Si yo muero,
ahí viene otro atrás que la trabaja,
y ese que le quedó trabajando
tampoco puede venderla,
ahí queda el otro”.
Delfín Masis.

Testigos del pasado son las casas de adobe de Santo Domingo de Heredia. Una de tantas expresiones culturales del cantón que nos permiten tener una idea de los rasgos culturales que caracterizaron la Costa Rica de antaño.
Los primeros pobladores

Hay evidencia arqueológica (piezas de cerámica, pedazos de tinajas, arcos y flechas, lanzas, piedras de moler maíz, etc.) de que la zona actual de Santo Domingo de Heredia fue asiento de un importante poblado indígena del reino Huetar en Occidente.

“Los huetares fueron la nación indígena más poderosa y mejor organizada de Costa Rica a la llegada de los españoles. Su lengua fue conocida como la ‘lengua general de la provincia’ lo cual significa que el idioma huetar se empleaba en todo el país debido a la supremacía de los huetares sobre las demás naciones”. (Miguel Quesada. Tradiciones Huetares. p. 16).

Los aborígenes huetares que residían en la zona de Santo Domingo fueron de un espíritu belicoso y estaban al mando del cacique Yorustí que tenía su asentamiento en villa San Luis, hoy día distrito 8°. Esta población era predominantemente agrícola. De acuerdo con su cosmovisión, mantuvieron una relación de armonía con el medio natural. Para los aborígenes, la naturaleza es un ser vivo. Destruirla significaba destruirse a sí mismos.

Lo españoles se apropiaron de las tierras indígenas e impusieron un nuevo sistema de vida. Los aborígenes tuvieron que convertirse en siervos de los invasores o abandonar sus tierras y ocultarse en lugares inaccesibles. Esto significó la destrucción de la sociedad autóctona y el establecimiento del régimen del pequeño propietario.

Algunas de las costumbres y tradiciones de los huetares se han mantenido de generación en generación hasta nuestros días.

Los primeros pobladores blancos


Recordemos que la Corona Española fue dueña de las tierras costarricenses y guardián de la clase dominante. Las primeras tierras en la zona de Santo Domingo las otorgó el rey de España en el año 1710 al alférez Sebastián de Zamora Romero y a su hijo don Antonio Aurelio de Zamora Romero, quienes además compraron unas tierras en lo que se conocía como parte de la “Provincia de Garavito”.

Con el tiempo, las tierras pasaron por herencia a los descendientes del alférez de Zamora y otras a manos de particulares por ventas de tierras.

A principios del siglo XVII, existían varios colonizadores, a saber: Eduardo Arce, Diego Villalobos, Calixto Bonilla, Juan Antonio Córdoba, José Ángel Azufaifa, Marcela Zamora, etc.

Hay que señalar que la principal preocupación de los colonizadores fue la búsqueda de medios agrícolas de subsistencia.

Los colonos no podían cultivar fincas mayores de las que eran capaces de atender sus familias. Es así como se dio un régimen de propiedad en parcelas. Las parcelas les permitían producir lo que cada familia necesitaba. Por esta razón, en Santo Domingo, durante la Colonia, hubo cierto igualitarismo entre los habitantes.

Sabemos que las costumbres, tradiciones y formas de ser unen e identifican y son parte de nuestras raíces históricas culturales.

1 comentario:

  1. la historia es bella. yo he tratado de averiguar sobre francisco zamora chacon que fue mi abuelo materno y cepa pura domingueña

    ResponderEliminar