Mario Valverde M.
Gran lucha han sostenido dos poderes de la República
en relación con el Magistrado Cruz: el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
Pero, ¿de dónde nos nace esta división?
Recordemos que todo poder político nace de una ficción
(como la literatura). Hace muchos cientos de años, se les ocurrió a unos
vivillos vendernos el cuento de que unas familias eran privilegiadas por Dios,
elegidas, marcadas con un sello divino para gobernar al pueblo. Y hecha la
trampa, les llegó el Poder Absoluto a los príncipes y a sus herederos, claro
porque si mi papá y mi mamá, rey y reina, habían sido escogidos por Dios, pues
nada, por transmisión sexual, lo de los genes todavía no se conocía, sus hijos,
y sobre todo el varón, debían heredar bienes, haciendas, soldados y personas
dentro de un territorio determinado y quien se opusiera, como no existía el
poder judicial, ni la sala cuarta ni otras instancias, simplemente el Rey los
mandaba a ejecutar o los perdonaba, de seguro mediando un pago. Y así se la
pasó la humanidad por mucho tiempo con la complacencia de la Iglesia católica y
romana, y por las tierras de América las cosas eran parecidas y unidas a dioses
más castigadores que necesitaban de sacrificios. Pero tuvieron que llegar los
revolucionarios filósofos para empezar a cuestionar ese poder divino,
anteponiendo el PODER CIVIL, el derecho y la división de poderes. Nombres como
Rousseau, Hobbes, Hume, Montesquieu, Grocio, entre otros. Vamos a entresacar
algunas ideas que hicieron posible la Revolución Francesa que vino a cortarles
la cabeza a los reyes y cortarles sus privilegios monárquicos y DIVINOS.
“La finalidad de la
sociedad civil es evitar y remediar los inconvenientes del estado de Naturaleza
que se producen forzosamente cuando cada hombre (y mujer), es juez de su propio
caso, estableciendo para ello una autoridad conocida a la que todo miembro de
dicha sociedad pueda recurrir cuando sufre algún atropello, o siempre que se
produzca una disputa y a la que todos tengan obligación de obedecer.” (John
Locke. Ensayo sobre el gobierno civil, de
la sociedad política o civil, apartado 90). Es clara la institución
independiente del Poder Judicial, no ya el REY, para recurrir a demandar
justicia y además que tenga un carácter de obligatoriedad y universalidad de
las leyes y no quedar a criterio de un poder soberano o divino.
Fue además Locke el
primero en pensar en la división de poderes: Parlamento-Ejecutivo y uno que llamó
Ministerio de Comercio Exterior, que muestra el carácter colonialista y
expansivo que permitiría sus relaciones en ultramar. No fue sino Montesquieu,
en su obra El espíritu de las leyes,
quien propone un nuevo Estado, ordenado y dividido en 3 poderes: Ejecutivo,
Legislativo y Judicial (que sería el que adoptamos desde nuestra primera Carta
Magna, el Pacto de Concordia o Pacto Social, Fundamental e Interino de Costa
Rica).
David Hume
“No puede negarse que
todo gobierno, al principio, está fundado en un contrato y que las más antiguas
asociaciones burdas de la humanidad se formaron, principalmente, conforme a tal
principio.” (David Hume. Discursos
políticos sobre el contrato original, p. 221).
De un solo golpe nos
dice que las más antiguas organizaciones de la humanidad nacen por un Contrato
Social, tema del cual también va a ocuparse Rousseau, quien nos recuerda el más
antiguo derecho, el derecho Natural, donde todos teníamos una libertad absoluta
que cedimos mediante un contrato que nos
permitió ganar en seguridad y organización. Esta unión de VOLUNTADES es lo que
hoy llamamos SOCIEDAD CIVIL. Y esa sociedad civil, cuando siente que sus
derechos no están debidamente representados -o la DIVISIÓN DE LOS PODERES se
inclina más hacia un lado que otro en la justa balanza de las distribución de
los PODERES-, tiene la obligación y el derecho (natural), de defenderse ante las
intenciones de un poder absoluto que le reste LIBERTADES.
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