enero 30, 2013

215. Latinos y mahlerianos (parte 3)


Daniel Garro Sánchez



            Finalmente, después de haber esbozado en las entregas anteriores de este rincón dos de los mayores fenómenos actuales en la música sinfónica (el mahleriano y el latinoamericano), solo me resta proponer algunos ejemplos de la forma en que han venido a combinarse, con resultados fabulosos e insospechados.

Uno de estos ejemplos se produce con el fuerte interés del joven director Gustavo Dudamel en las sinfonías de Gustav Mahler, de las cuales ya ha hecho numerosas e importantes interpretaciones y grabaciones con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y con la Filarmónica de Los Ángeles, proceso que ha culminado con la épica grabación en vivo en Caracas de la Sinfonía no. 8 con ambas orquestas juntas y un coro multitudinario, haciéndole honor al apodo de “Sinfonía de los Mil” que recibe esta obra. El concierto de su inauguración como director titular de la Filarmónica de Los Ángeles incluyó una vibrante y aclamada interpretación de la Sinfonía no. 1 de Mahler; existe además una famosísima interpretación de Dudamel con la Simón Bolívar de la Segunda en los Proms de la BBC de 2011, y una notable grabación de la Quinta con Deustche Grammophon.


Así, el matrimonio de Gustavo Dudamel y su tocayo promete seguir engendrando muy buenos momentos.

Por su parte, Alondra de la Parra, de quien ya hablé en los rincones pasados, cuenta en su currículo con una aclamada ejecución de la Segunda de Mahler con la Orquesta Sinfónica del Estado de San Pablo, y de la Primera con la Orquesta Sinfónica del Estado de México. Actualmente, en su labor como directora artística de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, Mahler es invitado frecuente de la Maestra Alondra.

Ahora bien, a estos dos auges en el mundo de la música sinfónica, el mahleriano y el latinoamericano, yo sugeriría un tercer fenómeno que valdría la pena observar y dedicarle algún estudio posteriormente; me refiero al auge de orquestas y compositores asiáticos, en particular chinos y japoneses ―algo de esto nos llegó a Costa Rica a través del anterior director de la Orquesta Sinfónica Nacional, Chosei Komatsu, quien trajo como invitados a numerosos intérpretes y composiciones de origen asiático―.  

Es mi propósito dejarle al buen lector y al buen melómano una pequeña inquietud que ojalá se traduzca en interés por lo que sucede en el ámbito de la buena música.

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