Las expresiones populares son extrañas en sus
construcciones mentales. Saltan,
posiblemente en una conversación normal, gustan y se quedan haciendo cabriolas
en la mente. Luego se da otra acción parecida y señora analogía aparece, se
vuelve a usar; y así empieza su largo camino entre veredas, senderos, montañas
y mares del anonimato, convirtiéndose en un hábito; y pasará a convertirse en
una expresión que nos servirá (ahorro del cerebro) para explicar un acto, demostrando
el poder-estrategia de la mente para reducir explicaciones y no tener a cada
momento, que inventarse una nueva explicación. ¿El porqué de este fenómeno
cognitivo? Todavía no lo sabemos, ni mucho menos, por dónde pasa en sus
millones de contactos y redes neuronales. Pero lo bueno es que podemos decir
que existen las expresiones y punto.
No sé si la expresión “patas
arriba” es propia de Costa Rica. Y si se usa de igual forma en otros países.
Aquí los lectores pueden ayudarse con sus propios ejemplos. Cuando un ladrón
entra en una casa y todo lo deja en desorden, revolcado, los afectados,
simplemente comprimen la acción y dicen: “Me dejaron todo patas arriba”. Otra
vecina entrevistada en una barriada inundada por los fuertes aguaceros, dijo:
“Las lluvias dejaron todas las cosas patas arriba”. De seguro todos los
televidentes entendieron sin más explicaciones. Y por último podría usarse para
ubicar una situación personal emocional: “La vida me tiene patas arriba”, es
decir, todo le sale mal. Por el momento, yo me marcho de este Muro, esperando
que nuestra señora Presidenta no nos deje la economía PATAS ARRIBA…
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