Licda. Rose Marie Hernández Vargas
En el viaje hacia el pasado surgen bellas remembranzas del patrimonio cultural e histórico de la provincia de Costa Rica. Ejemplo de ello sin duda fue la fundación, en el Valle Central, de la Ciudad del Castillo de Garcimuñoz (1561) por Juan de Cavallón y Arboleda. Se le llamó Garcimuñoz en honor a su fundador. También se le conoció como Ciudad de Lodo, ya que fue un pueblo alfombrado de arena y fango junto a los ríos Coris y Purires.
Esta es la primera obra de importancia de la sección occidental del Valle Central.
La creación de poblaciones o ciudades fue de vital importancia para los españoles durante la etapa de colonización de la provincia de Costa Rica. Las razones fueron la necesidad de establecerse en nuestro territorio.
Aparece la figura de Juan de Cavallón y Arboleda, nacido en Castillo de Garcimuñoz, Castilla La Mancha, España. Considerado como el primer conquistador español de la provincia de Costa Rica. Como buen estratega que era se preocupó por conocer el territorio y supo aplicar un trato pacífico en las relaciones con los indígenas y establecer amistad con los caciques.
Juan Vázquez de Coronado procede a trazar un mapa. Dentro de este mapa se especificaron los cuadrantes, las fuentes de agua, el lugar de los campos para el pastoreo o tierras para la crianza, alimentación de ganado y las zonas de cultivo.
El trazado del plano también contemplaba la plaza principal ubicada en el centro de la manzana, alrededor del cabildo y de la iglesia. Los predios más cercanos de la plaza principal eran ocupados por los españoles o sus descendientes. En las zona circundantes, se instalaban los criollos, y en las márgenes de la ciudad, los pardos y mulatos.
Los vecinos de Garcimuñoz se reubicaron en un nuevo asentamiento en el año 1563, aludiendo a las inundaciones frecuentes, los fuertes vientos, e infertilidad de su tierra. Posteriormente, finales del año 1963, se fundó la ciudad de Cartago.
Los historiadores afirman: ”Garcimuñoz no sucumbió ya que en Costa Rica había dos grupos demográficos diferenciados, el de los hidalgos y el de los labriegos, cada uno con su propio territorio, lo que explica mucho de lo que será la dinámica histórica del país.” (Molina Montes de Oca. Garcimuñoz la Ciudad que nunca murió, p.131).
Cuentan que el antiguo camino de las “Amoladeras”, usado por los indígenas desde tiempos remotos, a los españoles los benefició para comunicar la Ciudad del Lodo con la Ciudad del Castillo de Garcimuñoz y el resto del país. Por estas trochas, los habitantes de Garcimuñoz transportaban víveres a los habitantes de Cartago.
Como la zona está actualmente urbanizada y solo se conserva una pequeña franja de tierra donde se encuentran los vestigios, es importante conservar tan importantísimo sitio para nuestra historia.
“Antes de analizar cualquiera de los elementos de la ciudad de Cartago, se debe tomar en cuenta que esta no ha sido erigida por sus contemporáneos. Sino que es obra de los antepasados, por lo que siempre es una realidad recibida, es decir, siempre es histórica”.
Fernández Esquivel Franco
En el viaje hacia el pasado surgen bellas remembranzas del patrimonio cultural e histórico de la provincia de Costa Rica. Ejemplo de ello sin duda fue la fundación, en el Valle Central, de la Ciudad del Castillo de Garcimuñoz (1561) por Juan de Cavallón y Arboleda. Se le llamó Garcimuñoz en honor a su fundador. También se le conoció como Ciudad de Lodo, ya que fue un pueblo alfombrado de arena y fango junto a los ríos Coris y Purires.
Esta es la primera obra de importancia de la sección occidental del Valle Central.
La creación de poblaciones o ciudades fue de vital importancia para los españoles durante la etapa de colonización de la provincia de Costa Rica. Las razones fueron la necesidad de establecerse en nuestro territorio.
Aparece la figura de Juan de Cavallón y Arboleda, nacido en Castillo de Garcimuñoz, Castilla La Mancha, España. Considerado como el primer conquistador español de la provincia de Costa Rica. Como buen estratega que era se preocupó por conocer el territorio y supo aplicar un trato pacífico en las relaciones con los indígenas y establecer amistad con los caciques.
Juan Vázquez de Coronado procede a trazar un mapa. Dentro de este mapa se especificaron los cuadrantes, las fuentes de agua, el lugar de los campos para el pastoreo o tierras para la crianza, alimentación de ganado y las zonas de cultivo.
El trazado del plano también contemplaba la plaza principal ubicada en el centro de la manzana, alrededor del cabildo y de la iglesia. Los predios más cercanos de la plaza principal eran ocupados por los españoles o sus descendientes. En las zona circundantes, se instalaban los criollos, y en las márgenes de la ciudad, los pardos y mulatos.
Los vecinos de Garcimuñoz se reubicaron en un nuevo asentamiento en el año 1563, aludiendo a las inundaciones frecuentes, los fuertes vientos, e infertilidad de su tierra. Posteriormente, finales del año 1963, se fundó la ciudad de Cartago.
Los historiadores afirman: ”Garcimuñoz no sucumbió ya que en Costa Rica había dos grupos demográficos diferenciados, el de los hidalgos y el de los labriegos, cada uno con su propio territorio, lo que explica mucho de lo que será la dinámica histórica del país.” (Molina Montes de Oca. Garcimuñoz la Ciudad que nunca murió, p.131).
Cuentan que el antiguo camino de las “Amoladeras”, usado por los indígenas desde tiempos remotos, a los españoles los benefició para comunicar la Ciudad del Lodo con la Ciudad del Castillo de Garcimuñoz y el resto del país. Por estas trochas, los habitantes de Garcimuñoz transportaban víveres a los habitantes de Cartago.
Como la zona está actualmente urbanizada y solo se conserva una pequeña franja de tierra donde se encuentran los vestigios, es importante conservar tan importantísimo sitio para nuestra historia.
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