Licda. Rose Marie Hernández Vargas
La piratería es un hecho histórico que se remonta a los primeros seres humanos que construyeron medios para navegar.
En América, desde el siglo XV, los actos de piratería tienen su origen por el conflicto mercantil y la posesión de tierras entre España y otras naciones de Europa.
Los piratas ingleses, holandeses y franceses iniciaron una activa piratería en las aguas del océano Atlántico. Estos titanes del mar, aventureros, asesinos, delincuentes pero expertos en el arte de la navegación, contribuyeron al progreso marítimo en aquella época.
Es importante hacer la distinción entre piratas, corsarios y bucaneros. Los piratas eran marinos que se dedicaban abordar otras naves, asimismo asaltaban las poblaciones costeras y los barcos para beneficio propio.
Los corsarios contaban con el apoyo directo de sus naciones de origen, que les encargaban realizar el Corso (del latín cursus, carrera), esto era una patente para navegar simulando ser barcos mercantes y atacar las naves españolas. También se les otorgaron a algunos de ellos títulos aristocráticos por sus servicios dados. Un caso fue el de Francis Drake, corsario inglés, expedicionario y comerciante de esclavos. En Inglaterra se le valoró como corsario y se le honró como héroe, siendo nombrado caballero por la reina Isabel I como premio por sus favores a la corona inglesa.
Los bucaneros tienen su origen etimológico en el vocablo francés “boucanier”, que quiere decir vicioso o pervertido. Más tarde llamados también filibusteros (del francés “filibuster”), fueron originalmente pacíficos franceses que vivían en las costas de La Española. Luego de que los españoles destruyeron sus asentamientos, se refugiaron en la Isla Tortuga, en el Caribe, donde formaron un verdadero ejército, reforzado con aventureros ingleses, holandeses, con el cual aterrorizaron a los puertos españoles.
El mar Caribe se convirtió en la base de operaciones de piratas, corsarios y filibusteros. Con el tiempo se adueñaron de una parte del istmo centroamericano para organizar expediciones a uno y otro lado del mar.
Rememoran que las señales de vida en las colonias españolas eran tan pocas que anunciaban su acción solo la presencia de piratas y corsarios que se dieron cita en nuestros mares y suelos. Fueron para algunos el terror de las colonias españolas en América, en las cuales cometían robos, asesinatos y otras crueldades. Pero nos llama la atención que debido a los castigos y mal trato que se le daba a los negros y a los indios, estos decidieron, en muchas ocasiones, alianzas negociables con los piratas y corsarios en contra del español.
La piratería es un hecho histórico que se remonta a los primeros seres humanos que construyeron medios para navegar.
En América, desde el siglo XV, los actos de piratería tienen su origen por el conflicto mercantil y la posesión de tierras entre España y otras naciones de Europa.
Los piratas ingleses, holandeses y franceses iniciaron una activa piratería en las aguas del océano Atlántico. Estos titanes del mar, aventureros, asesinos, delincuentes pero expertos en el arte de la navegación, contribuyeron al progreso marítimo en aquella época.
Es importante hacer la distinción entre piratas, corsarios y bucaneros. Los piratas eran marinos que se dedicaban abordar otras naves, asimismo asaltaban las poblaciones costeras y los barcos para beneficio propio.
Los corsarios contaban con el apoyo directo de sus naciones de origen, que les encargaban realizar el Corso (del latín cursus, carrera), esto era una patente para navegar simulando ser barcos mercantes y atacar las naves españolas. También se les otorgaron a algunos de ellos títulos aristocráticos por sus servicios dados. Un caso fue el de Francis Drake, corsario inglés, expedicionario y comerciante de esclavos. En Inglaterra se le valoró como corsario y se le honró como héroe, siendo nombrado caballero por la reina Isabel I como premio por sus favores a la corona inglesa.
Los bucaneros tienen su origen etimológico en el vocablo francés “boucanier”, que quiere decir vicioso o pervertido. Más tarde llamados también filibusteros (del francés “filibuster”), fueron originalmente pacíficos franceses que vivían en las costas de La Española. Luego de que los españoles destruyeron sus asentamientos, se refugiaron en la Isla Tortuga, en el Caribe, donde formaron un verdadero ejército, reforzado con aventureros ingleses, holandeses, con el cual aterrorizaron a los puertos españoles.
El mar Caribe se convirtió en la base de operaciones de piratas, corsarios y filibusteros. Con el tiempo se adueñaron de una parte del istmo centroamericano para organizar expediciones a uno y otro lado del mar.
Rememoran que las señales de vida en las colonias españolas eran tan pocas que anunciaban su acción solo la presencia de piratas y corsarios que se dieron cita en nuestros mares y suelos. Fueron para algunos el terror de las colonias españolas en América, en las cuales cometían robos, asesinatos y otras crueldades. Pero nos llama la atención que debido a los castigos y mal trato que se le daba a los negros y a los indios, estos decidieron, en muchas ocasiones, alianzas negociables con los piratas y corsarios en contra del español.
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