febrero 28, 2012

186. Encuentro con la Identidad Cultural

Recordando el pasado aborigen: el juego del volador

Licda. Rose Marie Hernández Vargas

Los juegos artísticos eran parte de la cultura aborigen de nuestro país. En la Gran Nicoya se practicaban juegos de carácter ritual y ceremonial como el el juego del volador.

Recordemos que durante muchísimos años, el desarrollo social, económico y religioso de los aborígenes que habitaron la Gran Nicoya estuvo marcado por la influencia y los rasgos culturales de otras culturas, principalmente maya y azteca. Una de estas influencias fue la ceremonia ritual llamada el juego del volador, hoy día patrimonio cultural inmaterial.

Según Luis Ferrero, el juego del volador consiste en un palo largo que personifica la comunicación entre el inframundo y el mundo superior; en lo alto hay un artificio que permite girar y realizar maniobras atléticas. Cuatro hombres suben simbolizando a los portadores de año Acatl, Calli, Tecpatl, Toochtli, y atados a una cuerda se lanzan de cabeza al vacío con los brazos abiertos. Giran trece veces hasta llegar al suelo, representando el movimiento del sol. Las 4 x 13 revoluciones de los participantes representan el ciclo de 52 años o Calendario Redondo. (Luis Ferrero. ¿Porqué prehistoria si hay historia precolombina? , p. 234).


En esta ceremonia, se menciona la Fiesta de Fuego Nuevo, conocida en el México antiguo como Toxiuhmolpilla, que significa "atadura de los años”. Se realizaba para evitar que el mundo fuera destruido. Como parte de la cosmovisión aborigen, tiene un claro origen agrícola y de relación armónica con todos los elementos de la madre tierra.

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