Por Mario Valverde M.
La pregunta que vuela por mi recuerdo de la galaxia mente, es, ¿cuál era la magia del maestro y profesor de literatura para impactar a toda una generación de estudiantes del Liceo San José en los años sesentas y setentas, en especial mi generación 63-68.
Siempre he creído, en mi caso, que me desnudó mi ignorancia y me acercó con magia al mundo de la literatura. Pero, ¿cómo lo hizo para seguir recordando cuarenta y tres años después pasajes de sus explicaciones de los textos literarios? Y me confieso sin pena que no era el mejor de sus estudiantes. Pero también confieso que yo me iba caminando para mi casa, como si saliera del propio cine Colón o del Adela, de mi querido Barrio México, de una película de vaqueros, o del Enmascarado de Plata, el Santo.
Tenía la virtud de ser un gran lector, analítico, crítico, pero lo mejor, y nunca supe de dónde le llegó esa virtud, de trasmitir con amor y entusiasmo lo que más amaba, la literatura y la gramática, con esa pasión de gigante (era alto y fuerte como el rey de reyes Agamenón, que según nos contaba don Carlos Luis, usaba un escudo de siete cueros o capas).
Vaya, en un mundo donde lo virtual no existía, Carlos Luis era toda una máquina virtual de enseñanza. El Quijote caminaba con su triste figura, su pelo hirsuto y su lanza en ristre y Dulcinea existía, y sus locuras eran nuestras locuras y Hamlet se metió en nuestras dudas existenciales y nuestros espejos del mal y del bien, y la poesía amorosa, a pesar de sus manos de boxeador, se hacía luz en su boca y sus ojos de estrellas titilantes. Y el silencio era sepulcral cuando hablaba y nuestras pancitas de clase media y pobre temblaban cuando venían las preguntas o las exposiciones.
Y pasó el tiempo y las locuras de los sesentas, y el Maestro asistió a las fiestas de ex alumnos, se convirtió en el ícono de toda una generación. Yo me acerqué en silencio, no fui su mejor estudiante, pero confieso que, para entonces, decenas de libros desfilaron por mis ojos; empecé a leer sus escritos literarios en La Nación, en el suplemento Áncora, luego su libro de cuentos Desde un Ayer Rural, cuentos, poesía, etc.
Al final de la fiesta de ex alumnos no podía faltar su discurso, su verbo en crescendo, profundo en su voz de héroe griego, era como si el mismo Odiseo se hiciera presente. Cuando nos dejó muy joven, agradecí al azar (a lo mejor en eso consiste la educación) que la musas nos enviaran a nuestra generación, llena de búsquedas existenciales y políticas, al Maestro Carlos Luis Altamirano, que pidió abrieran un huequito en su querida tierra de Orotina, cerca del río Machuca, lanzaran sus cenizas y sembraran el árbol-sol que tanto amó: el cortez amarillo.
Termino, más que muchos métodos y técnicas de lectura, si no tenemos maestros que amen profundamente la lectura, jamás el amor hacia esta va a imprimirse en el espíritu de sus estudiantes; y ojo, no se trata de una simple evaluación numérica: la mente, como todo el universo, tiene sus tiempos de recompensa.
Es todo un orgullo para mi leer cosas tan maravillosas de quien fue mas que un abuelo para mi. Fue mi luz, mi camino, mi vida. Aunque el ya me dejo, sigue tan presente como nunca en mi corazon. Lo ame, lo amo y lo amare siempre.
ResponderEliminarEl grupo literario Poiesis le va a hacer un homenaje a Carlos Luis Altamirano el 6 de noviembre del 2014, a mi me tocó leer su poesía, me gustaría saber más de él, de su vida y cómo era. Cualquier información que me puedan brindar por favor escribir a poetanarval@hotmail.com
EliminarVaya! Se me aguan los ojos al leer sus comentarios sobre un hombre, todo un personaje de mi adolecencia y aun inolvidable. Asi era el. Intimidante. Su lento caminar, su profunda voz su corpular presencia causaba respeto y AWE. Sus conocimientos continuaron incendiando mi amor por la lectura y la escritura.
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ResponderEliminarQué maravillosos recuerdos de don Carlos y el Liceo de San José. La "Generación de 1962" a la cual pertenezco, lleva orgullosamente su nombre. Tampoco puedo olvidar a su hermano, también excelente profesor, don William.
ResponderEliminarEl grupo literario Poiesis le va a hacer un homenaje a Carlos Luis Altamirano el 6 de noviembre del 2014, a mi me tocó leer su poesía, me gustaría saber más de él, de su vida y cómo era. Cualquier información que me puedan brindar por favor escribir a poetanarval@hotmail.com
EliminarEl grupo literario Poiesis le va a hacer un homenaje a Carlos Luis Altamirano el 6 de noviembre del 2014, a mi me tocó leer su poesía, me gustaría saber más de él, de su vida y cómo era. Cualquier información que me puedan brindar por favor escribir a poetanarval@hotmail.com
ResponderEliminarSin duda, uno de esos educadores que dejan una huella indeleble en sus alumnos. Me contagió, durante poco más de tres años, su amor por la lengua y la literatura, dos hermanas gemelas. Era un educador apasionado, profundamente convencido de lo que hacía. Su erudición, cuando aun no alcanzaba los cuarenta años de vida, me sigue sorprendiendo. Gracias, don Carlos, por fomentar en mí la curiosidad intelectual y por todo cuanto disfruté sus maravillosas lecciones.
ResponderEliminarBello comentario. Yo también tuve la oportunidad de recibir lecciones con Carlos Luis Altamirano Vargas, de redacción en la especialidad de Secretariado que cursé a inicios de los ochentas en el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria donde su hermano William era nuestro amado director. Al igual que el autor don Carlos Luis me marcó, impactaba con su presencia, pero además transmitía como ninguno su amor por las letras. Recuerdo vívidamente cuando nos explicaba sobre el uso de la frase corta y citaba a Unamuno. Un gran hombre con un gran carisma al igual que su hermano William.
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