Por Daniel Garro Sánchez
En la mayoría de los casos, las publicaciones recientes de género en nuestro país (fantasía, terror, ciencia ficción y afines), han sido de la mano de autores bastante jóvenes, con edades no mayores de cuarenta años y muchos que ni siquiera han pasado los treinta. Es obvio que ciertas inquietudes estén asociadas al cambio generacional, y que la necesidad de diversificar los géneros narrativos (que han sido tan escasos y obligados en la literatura nacional), se manifieste en mayor grado entre autores jóvenes.
No obstante, el día de hoy vengo con dos recomendaciones de novelas especulativas futuristas cuyos autores poseen ya largas y reconocidas trayectorias, pero cuya incursión en este género de la ciencia ficción es reciente. Me refiero a El vuelo del Ra, de Manuel Delgado, y Diez días de un fin de siglo, de Emilia Macaya.
Manuel Delgado (Heredia, 1952), es profesor, escritor, filósofo y periodista; y su vocerón inconfundible ha llenado las aulas universitarias y, desde hace quince años, los noticieros de Teletica. Recientemente, participó en la antología Poe Siglo XXI (Editorial Clubdelibros, 2010) con su relato de ciencia ficción Las campanas, inspirado en la vida de Edgar Allan Poe.
El vuelo del Ra (Uruk Editores, 2010), es su primera novela, y en una línea que recuerda parcialmente a Battlestar Galactica, uno de los grupos humanos que queda después de la extinción de nuestra especie en el planeta Tierra, viaja a bordo de un navío colosal llamada Ra, que para todos los fines es como un pequeño planetoide en cuyo interior se replica un ambiente terrestre, con una pequeña ciudad y una sucesión artificial de día y noche. La nave recibe una misteriosa señal de socorro que proviene del Sistema Solar, y se emprende el regreso a los planetas conocidos, ante la posibilidad de que haya vida humana en Marte, o incluso en la misma Tierra. Los habitantes del Ra consideran este viaje como la única e irrepetible oportunidad de volver a (en el caso de unos) o conocer (en el caso de otros, los más jóvenes) la cuna de la humanidad. La narración, llena de profundas reflexiones éticas, se va a concentrar en la manera en que los sucesos colectivos influyen en los procesos íntimos de los personajes, y viceversa.
Emilia Macaya Trejos (San José, 1950) es doctora en Literatura, decana y catedrática en la Universidad de Costa Rica, miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, ganadora del Premio Áncora, y autora de numerosas obras de ensayo y narrativa. Su novela Diez días de un fin de siglo (Euned, 2007), se sitúa en un futuro distante y narra las vivencias de un reducido grupo de hombres y mujeres que, ante una peligrosa peste que invade el complejo en el que habitan, se ven forzados a hacinarse en un misterioso refugio cuyo origen desconocen, pero que suple todas sus necesidades durante la forzada cuarentena.
En el refugio descubren una biblioteca que contiene tanto libros de papel, como libros basados en una tecnología muy posterior (similares a los actuales libros electrónicos); y descubren un mensaje que les invita a participar de un “juego” (término extraño para ellos, que se rigen solo por valores objetivos), que consiste en descifrar una pista de carácter literario que los conducirá a un relato oculto entre los libros de la biblioteca. Al final de la lectura, recibirán la pista que los llevará al siguiente relato, y así sucesivamente.
A manera de un tipo de Diario de Ana Frank invertido, el grupo hacinado no dejará un legado literario al futuro, sino que lo recibirá del pasado, a través de diez narraciones ubicadas en el presente; y que los intrigarán con la revelación de situaciones que, para estos personajes del futuro, son enteramente desconocidas, como el deseo sexual, el homicidio, la discriminación contra la mujer y el terrorismo.
En suma, dos buenas opciones que se suman a la rica oferta de la ciencia ficción nacional de los últimos años.
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