agosto 23, 2011

167. Amos y esclavos

Por Rose Marie Hernández Vargas

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“... en América se ha producido un profundo

mestizaje; diversas culturas se han entremezclado:

los indígenas, los españoles, los negros, los chinos…

Por tanto, el límite entre lo “propio” (lo originario) y lo “ajeno”

(exógeno) es cada vez menos neto, menos preciso.”

Juan Rafael Quesada

Ante el proceso de conquista, ¿cuál fue la actitud del indígena? Los escritos, documentos o crónicas dejadas por los españoles muestran que el indígena fue amigable y tranquilo hasta el momento en que se vio amenazado por la presencia de los conquistadores.

Pese a haberse iniciado el descubrimiento de Costa Rica por la zona atlántica, al finalizar el siglo XVI, esta región permanecía indómita y como tierra desconocida y casi olvidada por los habitantes del interior del país.

La conquista de otras regiones, por el contrario, fue un proceso de terror, violencia, dominio y sometimiento, rasgos predominantes de los conquistadores hispánicos, provocando la destrucción de casi todas las culturas indígenas y el exterminio de miles de aborígenes, así como la explotación, pérdida de sus tierras, enfermedades y sobre todo de sus valores morales y culturales.

Bajo la guía de los caciques indígenas como Garabito o Jean Serraba (1619) y Pablo Presbere (1710), los indígenas se organizaron para oponerse y defenderse de los extranjeros. El caso de Talamanca refleja esa fuerte oposición indígena al sometimiento español.

Cuando los europeos llegaron a la costa atlántica, en el área del Limón, encontraron elementos culturales muy valiosos: el arte, la religión, la lengua, la farmacopea, sistemas de cultivos, pero sobre todo la sincronía con la naturaleza.

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