agosto 23, 2011

167. Resolución de conflictos en la oficina y en la familia

  • Un conflicto es una oportunidad de ganar algo y de que otro gane algo

Martha V. Herrera Pérez

clip_image001Pedrito vio días atrás cómo su papá disparaba una mirada de ira deslegitimando la inteligencia de su mamá ante un pequeño conflicto. Hoy Pedrito, de solo 5 años fulminó a mamá con la misma mirada airada cuando ella le llamó la atención, lo hizo con su compañerito Alfredo cuando este ganó en un juego, lo hizo con su hermanita de tres años cuando le tapó la pantalla de la T.V. ¿Una mirada así es una pequeñez? Ahí, en esas chispas conflictivas puede empezar el incendio de la Violencia.

En un tiempo donde la violencia de todo tipo aflora sin límite, es bueno empezar ahora a hacer un alto. En esta y la siguiente edición, expondremos el tema Resolución de conflictos, pues nadie escapa de ellos, ni en casa ni en la oficina.

clip_image003La psicóloga Raquel Solís de España, especialista en intervención social y género, expresó la semana del 9 de agosto durante el “Primer encuentro de educación en no violencia y cultura de paz” (en el Paraninfo de la UNED), que un conflicto es una oportunidad de ganar algo y de que otro gane algo. Así desmitifica la creencia de que un conflicto es malo y que cuando este se asoma debemos ignorarlo o enfrentarlo con violencia.

Los conflictos son situaciones en las que dos o más personas entran en oposición o desacuerdo porque sus posiciones, intereses, necesidades, deseos o valores son incompatibles, o son percibidos como incompatibles, donde juegan un papel muy importante las emociones y los sentimientos y donde la relación entre las partes en conflicto puede salir fortalecida o deteriorada en función de cómo sea el proceso de resolución del conflicto.

El manejo de los conflictos es un arte, un arte desconocido por muchos…y no todos logran solucionarlos porque “cada quien ve el conflicto a través de un lente formado por nuestra historia y eso distorsiona mis relaciones con los demás”, añadió Solís.

Por esa razón, debemos auto-conocernos, conocer nuestras emociones, paradigmas, pensamientos, sentimientos y debemos buscar la ayuda necesaria, como por ejemplo por medio de la lectura, la terapia psicológica o espiritual.

Breves recomendaciones

Uno de los primeros pasos que debe darse ante un conflicto, dijo la especialista, es preguntarse:

* ¿Cómo me siento? Y ser honesto en la respuesta.

* Luego preguntarse: ¿Qué quiero conseguir al solucionar este conflicto? ¿Quiero de verdad solucionarlo o me interesa más la venganza, hacerme justicia o “castigar” a quien no piensa como yo o quien evita que yo obtenga lo que deseo?

* Otra recomendación dada por la especialista es que aprendamos sobre asertividad. Por ejemplo al intentar solucionar un conflicto hablemos en primera persona y en presente: “Yo siento que no te interesa lo que digo cuando te hablo y no me miras”.

Aunque son unas breves ideas en esta oportunidad, tomémoslas en cuenta, pues los conflictos no resueltos nos hacen entrar en situaciones dolorosas que pueden tener un precio alto. Se pierde la comunicación, hay amargura, se pierde la paz, la objetividad, se pierden relaciones no solo con el principal “contrincante”, sino con los relacionados. No somos los mismos cuando estamos en medio de un conflicto…ni emocionalmente, ni físicamente, ni espiritualmente.

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